martes, 30 de marzo de 2010

Oskar Alegría viajando en fotos

Buenos Aires contado con palabras enfocadas en primer plano. Con suma de sensaciones.

Empieza con una cita de Claude Lévi-Straus: “Tenemos el derecho de comparar una ciudad con una sinfonía o un poema: son objetos de la misma naturaleza”. Después, se deja seducir por los retazos. 
Sus ciudades visbles pueden jugar con las invisibles de Italo Calvino.

"Buenos Aires es un libro. (...) Caminar por sus calles es leer, doblar una esquina supone pasar página, tomar un taxi significa saltarse un capítulo, volver a un café es subrayarlo." Así describe Oskar Alegría la capital de Argentina y regala en su página web un orden inventado de palabras que se convierten en una historia. 
"Silencio es un papel en blanco", empieza. Leelá, miralá... Tú continúas.
También regala otras ciudades. Por ejemplo, Roma. Evidencias, las justas. Originalidad y alegría, en su nombre. 


"Si antes teníamos a Marco Polo imaginando ciudades escritas para el Gran Khan,
ahora tenemos a Óskar Alegría soñando ciudades visibles
para nosotros, que somos viajeros sin escalas,
observadores implacables de todos los trazados contemporáneos".

lunes, 29 de marzo de 2010

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"Soy periodista, quiero saber de dónde sacas la droga", Verónica Guerin.
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"Los periodistas muertos no cuentan historias", Ramón Lobo.

miércoles, 24 de marzo de 2010

El poder de una palabra

La primera mentira es que las palabras se las lleve el viento. Falacia absoluta. Las palabras se graban a fuego en nuestro cerebro y aún cuando ya las creemos olvidadas, reaparecen al primer estímulo. No todas, claro. Ni siempre en los casos deseados. A veces queremos memorizar algo y no hay manera.
Sin embargo, cuántas veces nos gustaría olvidarnos de esas frases (suma de palabras) pronunciadas por un amigo, un padre, un profesor, un amante, un líder… y no hay modo…, dichosas palabras que se nos meten en la cabeza y se nos repiten una y otra vez… como una tortura.
Esta semana he vivido un ejemplo claro. En el máster han publicado notas y comentarios evaluativos. Nos ha cambiado la cara. La lista, creo yo, era lo de menos. Los números, incluso previsibles, no tienen el poder de las palabras. Son sólo cifras. Lo que nos ha tambaleado son las letras. Cuatro líneas. No ha hecho falta más. Pero directas a dónde más duele.
Hace unos meses nos dio clase un profesor que nos tenía a todos ensimismados (uno de los poderes de la palabra: ensimismar). El último día habló de la dignidad. Lejos de ser el término que antaño se vinculaba con la moralidad, ahora la dignidad se mide con el trabajo: con la capacidad y aptitud con que se ejerce y con la pasión que se le echa. “Que me llamen gordo me da igual, que me digan que soy un mal profesor ataca directamente a mi dignidad”, nos dijo.
Nadie pondría en duda su profesionalidad. Por eso fueron las palabras y no los números –palabras que, en algunos casos, parecían poner en tela de juicio que sirviéramos para el periodismo– las que nos han trastocado. Las palabras, en ocasiones, acuchillan. Para ello deben cumplir una premisa: que nos las diga gente competente, que estén bien argumentadas o que el emisor sea alguien que nos importe.
Las palabras tienen una fuerza especial. Alguien dijo una vez que era tal el impacto de la palabra que, a veces, si una le parecía muerta, se quedaba mirándola hasta que renacía. No recuerdo quién dijo la frase. A veces olvidamos al autor. Nunca la cita. Las palabras son un bien público. Un grito compartido que no entiende de propietarios.
Las palabras pueden hacernos reír y hacernos llorar. Ser el impulso, motivarnos; o pueden aburrirnos, deprimirnos. Por eso también leemos, porque las palabras son provocación.
Pero las que se nos quedan dentro son sólo las que nos dicen algo. Parece evidente. Es tan sencillo como que hay montones de palabras desperdigadas que no nos dicen lo más mínimo. Y, de pronto, una palabra, una muy concreta, tambalea nuestros cimientos.
La mayor verdad que conocemos es la que reconocemos en una palabra que nos deja en evidencia lo que no quisimos asumir.
Reconocer certezas en las palabras de otros es necesario pero difícil. Se sueña con las palabras, o también pueden habitar tus pesadillas. Las palabras no sólo no se las lleva el viento, sino que ni el más potente temporal nos hace olvidarlas.
Me agarro a las de una canción para terminar: “Quiero inventar palabras y cantarlas, pero todo está escrito desde antes”.
Las palabra tiene la fuerza de, por muy trillada que parezca estar, dicha en un momento preciso y por una persona concreta, nos cala. Esa palabra es emoción, es poder.

lunes, 22 de marzo de 2010

La táctica


“Mi táctica es ser franco y saber que sos franca y que no nos vendemos simulacros”, escribió Mario Benedetti.


Ser franco es la única táctica posible. Ante las críticas y ante la literatura. Ser franco con uno mismo por encima de las lluvias o de la primavera. Ser sencillo, ser sincero, ser leal y ser coherente. Eso es ser franco. Quedarse con lo que se ha aprendido por encima de lo que se ha perdido. Y llegar hasta el final porque tú y sólo tú crees que eres capaz de ello. Si nos vendemos simulacros está todo perdido. Si nos dejamos llevar por las pesadillas, nos despertaremos con sueño. La única táctica es ser consciente e ignorar todo aquello que no merece la pena. La semana en el máster ha empezado con malas caras. Llevar el pasotismo al límite puede ser la mejor opción para que la irregularidad sea realmente irregular y para que las crisis existenciales no sobrepasen las pasiones innatas. Si quieres caldo, toma dos tazas. Refranero popular. "Ante la duda, haz periodismo", nos dijeron el primer día. Ante la duda, sigue adelante teniendo claro en qué crees y en qué no. Lo demás da lo mismo. 
Y una canción...

Que el maquillaje no apague tu risa,
que el equipaje no lastre tus alas,
que el calendario no venga con prisas,
que el diccionario detenga las balas.
Que las persianas corrijan la aurora,
que gane el quiero la guerra del puedo, (para Cris)
que los que esperan no cuenten las horas,
que los que matan se mueran de miedo.
Que el fin del mundo te pille bailando, (para Fer)
que el escenario me tiña las canas,
que nunca sepas ni cómo, ni cuándo, (para las entradillas)
ni ciento volando, ni ayer ni mañana.
Que el corazón no se pase de moda,
que los otoños te doren la piel,
que cada noche sea noche de bodas,
que no se ponga la luna de miel.
Que todas las noches sean noches de boda,
que todas las lunas sean lunas de miel.
Que las verdades no tengan complejos,
que las mentiras parezcan mentira,

que no te den la razón los espejos,
que te aproveche mirar lo que miras.
Que no se ocupe de tí el desamparo,
que cada cena sea tu última cena,
que ser valiente no salga tan caro,
que ser cobarde no valga la pena.

Que no te compren por menos de nada,
que no te vendan amor sin espinas,
que no te duerman con cuentos de hadas
, (para Virgi)
que no te cierren el bar de la esquina.
Que el corazón no se pase de moda,
que los otoños te doren la piel,
que cada noche sea noche de bodas,
que no se ponga la luna de miel.
Que todas las noches sean noches de boda,
que todas las lunas sean lunas de miel.

J.Sabina.

jueves, 18 de marzo de 2010

Félix Madero: "En la radio hay que perder el miedo, nunca el respeto"


Busca oyentes "inteligentes, audaces y educados". A veces los encuentra, otras no. Critica el exceso de tertulias en la radio, aunque dirige una. Le da a la derecha y a la izquierda, pero no olvida en qué casa trabaja. Pasó por la Ser, RNE, la Cope, Onda Cero, Canal Plus, Servimedia, y ahora dirige y presenta la primera parte de Protagonistas, de 6:00 a 9:30 horas de la mañana, en Punto Radio. Félix Madero se define como "poco predecible y con muchas dudas", pero da la impresión, sobre todo, de un hombre coherente.
Tenía pasión infantil por la radio y hacia ese camino encaminó su carrera, enamorado siempre del vértigo de las ondas. Eso sí, asegura que ha intentado mantener en la línea del tiempo algunos puntos básicos claros y constantes: "Hay que hacer autocrítica todos los días", "el guión es sólo una referencia", "no concibo periodistas sin lecturas".

Esta mañana, los alumnos del Máster ABC nos hemos despertado en el estudio, siendo testigos directos del la puesta en escena del programa. Además de colaboradores, entre cuatro y cinco personas trabajan en la elaboración del guión, aunque es él quien hace las partes en las que sabe que se juega a la audiencia [entradillas, cierres, editoriales].
Madero asegura que prefiere el ritmo trepidante de la mañana a la calma de la tarde, pero que es consciente de lo que eso implica: "Sé que mucha gente se está despertando conmigo y eso me obliga a combinar la información con algo más entretenido, con un tono más ágil." 
Piensa que la radio se parece mucho a la vida y, como despedida, recuerda que para ser un buen locutor es necesario "perder el miedo, pero nunca el respeto".

lunes, 15 de marzo de 2010

David Beriain, el reportero que quería arreglar el mundo (y comprendió que la realidad no siempre puede cambiarse)

“Los periodistas tienen que escuchar todas las campanas, y si es posible, al campanero” le dijeron a David Beriain cuando aún era un estudiante de ciencias de la información. Ahora trabaja como reportero para los informativos de Cuatro; de hecho, se define como reportero antes que como periodista: “un cazador de historias, un buscavidas que sale a la calle”. Aunque apunta cierto escepticismo ante la supervivencia del género: “No sé si es una especie en extinción, pero sí que está abandonado por los medios”.

Por eso, cuando cumplió los 18 años no dudó en intentar contactar con medios extranjeros. “Me faltaba formación pero tenía más pasión que nadie”, asegura. Optó por Latinoamérica porque le interesaba esa realidad social y política, aunque el periodismo sólo era la vía de acceso: “Me importaba la realidad más que el periodismo, y yendo hacia ella, me encontré con el periodismo. Lo elegí porque me interesaban tantas cosas que éste era el mejor modo de dejar menos fuera. Quería arreglar el mundo.”

Así fue cómo se sacó la carrera, a saltos entre su Navarra natal y su trabajo en la sección de sucesos y en el suplemento de investigación del periódico El Liberal en Santiago del Estero, Argentina.

El primer día de trabajo llegó a las nueve de la mañana a la redacción y se ofreció para cubrir los eventos internacionales. El jefe le contestó: “usted va a ir a la calle, como todos, a buscarse la vida [a traer noticias].Si a las diez menos cuarto está aquí todavía, lo echo.”

La primera noticia de la que informó denunciaba violaciones a los internos de un psiquiátrico. Publicó aquella historia y esa realidad cambió. “A mí me pareció algo mágico. Era un periodismo que estaba muy mal editado pero sangraba y estaba vivo”. Aunque también se encontró con otras realidades. Santiago vivía un periodo convulso de caciquismo y violencia encubierta. “Todos los días llamaba y escribía gente diciéndome: ‘ayúdenme, cuenten mi caso’. Entonces comprendí que el periodismo sólo sirve para contar historias. Nada más. A veces sirve para cambiar realidades, y a veces no”.

Al cabo de dos años, debido a presiones externas, tuvo que abandonar el periódico. Volvió a España y entró a trabajar en La Voz de Galicia. Llegó a la redacción a mediodía. Estaba llena de gente y pensó que se trataba de una reunión sindical. Se había curtido en un “periodismo de trincheras” y no podía concebir que las noticias se elaboraran por teléfono. “Se hacía mejor periodismo editorial pero no había historias, no había vida”, anota. Situación que justifica porque en España “la gente puede pasar por alto la realidad, mientras en otros lugares del mundo la realidad los engulle”.

Sin embargo, Beriain cree en otro modo de ejercer la profesión, en unas fuentes elaboradas a través del contacto físico y del lenguaje corporal, en unas historias a las que se accede a través de la empatía. Apuesta por un periodismo de matices: “Es como en el cine, si el bueno es muy bueno y el malo es muy malo, la que es mala es la película”.

Texto escrito "a pachas" con Cris Durle

sábado, 13 de marzo de 2010

Huesca. Periodismo digital (III)

Montserrat Domínguez fue la encargada ayer de clausurar el evento. Quizás no fue pertinente que alguien que presumió de estar ajena a las redes -«no tengo ni blog, ni Twitter, ni ordenador portátil», confesó- fuese la encargada de cerrar un congreso destinado, precisamente, a la apuesta por el buen periodismo hecho desde los medios digitales. Aunque la esencia, como periodista, supo captarla: «¿Quién os ha dicho que el periodismo ha muerto? Lo importante es el criterio, escribir, contar la historia, dar los datos de una manera correcta, el tesón, la intuición. Las herramientas ofrecen muchas posibilidades pero el periodismo será lo que vosotros [los periodistas jóvenes] queráis hacer de él».

viernes, 12 de marzo de 2010

Huesca. Periodismo digital (II)

Armada, Lobo y Martí debaten sobre el futuro de la profesión

Mara Torres inauguró ayer el XI Congreso de Periodismo Digital de Huesca. Apostó por el periodismo de calidad, harta de "agoreros" tremendistas que titulan conferencias con un "¿Desaparecerá el periodismo?". Precisamente esa fue la tertulia en la que los periodistas Alfonso Armada, José Martí Gómez y Ramón Lobo participaron.

Las nuevas narrativas y los sucesos -¿en posible peligro de extinción con el digital?- fueron algunos de los temas de la jornada de ayer. Aunque el fantasma que absorvió el día fue el del periodismo integrado. Borga Bergareche, subdirector de abc.es, junto a Gumersindo Lafuente, de El País, señaló éste como un momento óptimo para que la integración se materialice, y de paso, mostró un vídeo de cómo ABC está apostando por ello.

Hoy la mañana ha comenzado de la mejor manera (a pesar de la resaca de la noche de networking y colegueo), hablando de viajes dibujados en cuadernos. El ilustrador Enrique Flores tiene mucho que decir, sin palabras.

El poder de los económicos, el fútbol en la red, los periódicos en un libro, el periodismo digital en Portugal... interesantes ponencias debatidas desde el Palacio de Congresos de Huesca, pero también en la red. La mejor cobertura, la que están haciendo desde Twitter, medios y blogueros.

Durante la mañana, algún guiño emotivo a Miguel Delibes, que ha muerto esta madrugada en su Valladolid natal. A la una y media, la periodista Monserrat Domínguez clausurará el congreso. Esperemos que como empezó, también acabe apostando por el periodismo, digital y en papel, de calidad.

jueves, 11 de marzo de 2010

Huesca. Periodismo digital (I)

Miércoles (ya jueves). Pre festival. La vida en Huesca. Tren agrio. Imágenes en verso. Llegada precisa. Más frío del imaginado. Cebolla confitada, conversación interesante y olas mentales. Voluble. Networking. Sueño, mucho. Pésima conexión. Mañana más, y esperemos que interesante.

martes, 9 de marzo de 2010

Camino de Huesca

Y mañana nos vamos a Huesca.
Pasan las semanas, demasiado veloces. Reformamos las páginas, miramos al futuro. A un mayo a cuenta gotas. A sucesos desperdigados.
Entrevistas con alevosía, precisión y cariño.
Preguntas (y repreguntas) sin la impertinencia y la altivez de otros. O te cortas las venas. Ay!!
E-mails nocturnos y una maleta abierta. Temo el frío.
¿Qué?¿Quién?¿Cómo?¿Cuándo?¿Dónde?.... y no por qué...
Ohhhh...
Espiritualidad al peso. Desaliño y ánimos de saldo. Muak, muak. Sonríe.
La complicidad icónica en sillas que al juntarse hacen una cama. La espera dulce y compartida de la madrugada. Cosas buenas, como la amistad, como el periodismo. Y los pucheros con el final del libro rojo. 
Me encantó ser testigo, aunque me la cuelen. 
Sin gritos, mejor, sin gritos.
Mañana más... y desde Huesca... Nos vamos de congreso: Mira el programa.

Juicio en la Audiencia Nacional

Los cuatro acusados de incendiar un cajero en Barakaldo descartan su participación y alegan que estaban de carnavales

Rechazan ser integrantes de ETA y se niegan a responder a la Fiscal


MADRID. Una defensa muy hilada, pero la negativa a responder las preguntas de la Fiscal. Así se retrataron. Los cuatro jóvenes acusados de incendiar un cajero automático en Barakaldo (Vizcaya) el pasado 10 de febrero de 2008 y de ser integrantes de una asociación terrorista declararon ayer en la Audiencia Nacional.

Los cuatro, Sendoa Aratz Jurado, Unai Frías, Jon Villanueva y Asier Gómez, todos carentes de antecedentes penales, siguieron las mismas pautas: no responder a la Fiscalía y sí hacerlo a las preguntas de la Defensa. Negaron todos los hechos de los que se les acusaba y aseguraron que durante el día de autos se encontraban en el carnaval de Santutxu (Bilbao). “Lo recuerdo bien porque fue nuestro último carnaval”, explico Sendoa Aratz. Sus abogados aportaron fotografías en las citadas fiestas.

También están acusados de tenencia de aparatos y sustancias incendiarios y explosivos: documentación y prendas con el anagrama de la organización terrorista Segi, tirachinas potentes, propaganda proetarra, una lista de matrículas de coches de policía y de concejales, sprays, guantes de latex… Ante estas evidencias, los imputados explicaron que guardaban matrículas porque se sentían perseguidos, que los tirachinas eran souvenirs de un viaje a Canarias, que la propaganda “la dan hasta en la puerta de los colegios”…

Algunas pruebas y bastante material se encontraron también en dos locales: una lonja de la calle Apuko y un lugar llamado Gaztetxe Makala, ambos en Baracaldo. Los imputados comentaron que acudían allí con frecuencia, pero no para planear actos terroristas, sino para “realizar actividades de teatro, o hacer pancartas contra la precariedad laboral”.

Durante esta primera sección, el juez de la Audiencia Nacional, Javier Gómez Bermúdez, acusó en varias ocasiones a la Defensa de hacer preguntas “inducidas, subjetivas e impertinentes”. Los otros dos magistrados eran Julio de Diego López y Enrique López, que ejerció de ponente.

Tras estas declaraciones, tomaron sitio como testigos llamados por la Fiscalía, doce policías de la Ertzaintza, aunque finalmente uno de ellos no tuvo que declarar. Todos relataron cómo ocurrieron los hechos y cómo la pronta inmediatez facilitó el apagado de llamas.

La Fiscal, Teresa Sandoval, solicita 33 años de prisión y una indemnización de más de 35 mil  euros para la entidad bancaria BBVA. La defensa, por su parte, pide la libre absolución de los implicados. El juicio continuará durante la mañana de hoy.

lunes, 8 de marzo de 2010

Pla, un catalán en Madrid


La primera vez que estuvo en Madrid tenía 22 años y no le gustó en exceso. El catalán Josep Pla viviría en la capital durante unos meses en 1921 y volvería diez años después para quedarse hasta el 36. Observaría (y escribiría) cómo se advenía la república y cómo el país entraba en guerra civil.


“No le gustaba Madrid, pero tampoco mucho Barcelona”, escribió Francisco Umbral en Las palabras de la tribu. Pero de su estancia en Madrid sacó muchas de sus mejores páginas. Parte de ellas las público años más tarde en el libro Madrid. El advenimiento de la República. Había llegado a Madrid la misma mañana de la proclamación de la II República, como periodista enviado por La Veu de Catalunya. Durante todo ese tiempo, además, escribe la obra que se recoge en su dietario.

“¿Por qué razón se me ocurrió, estando en Madrid, llenar las hojas de un dietario? A veces me lo pregunté. Es una necesidad que no he necesitado en ningún otro lugar. Meditando alguna vez sobre ese punto, he llegado a pensar que el origen de tales veleidades hay que encontrarlo en que, en Madrid, no he tenido nunca nada que hacer”. Así justificó Pla este dietario vital. Después añadió: “…Nada. Respirar, vivir, ¿observar?”.

Todo esto se muestra hasta el 25 de abril en la sala la Blanquerna, situada al lado del Círculo de Bellas Artes, en Madrid, en una exposición que recoge fotos y escritos sobre las estancias madrileñas del autor.

Cafés llenos sólo de hombres, azoteas llenas sólo de mujeres… una mirada captada. Escritores, tertulias, políticos, geografía humana… en un pequeño, pero interesante homenaje al escritor catalán. Además, se expone un video con una amplia entrevista (aunque de muy mala acústica) en la que Pla se define como un “escritor que ha leído mucho”, se instala en el escepticismo y defiende que no hay más remedio que ser irónico. Además, recuerda a figuras como Pío Baroja, Antonio Machado o Julio Camba.

La exposición se complementa con cuatro conferencias, durante los próximos cuatro miércoles, en las que se debatirá sobre diferentes facetas del escritor: la de Pla periodista, la de sus luces y sus sombras, la del escritor antes y después de la guerra, y la de Pla memoralista.
Josep Pla. Más de 25.000 páginas escritas. Un auténtico grafómano.