martes, 29 de junio de 2010

Metro Madrid NO informa

"Madrid, nueve meses de invierno, y tres de infierno". Esa nueva cita me dijeron ayer. Y hoy, más que nunca, se hace presente. Después de otra (¡¡esto parece A Coruña!!) noche de lluvia, Madrid hoy se ha despertado sin metro. SIN METRO. El desastre, la ruina, el infierno.

Mi compañero de piso llega, como casi siempre, con prisas al metro. "No hay servicio", le dice uno de los del cordón de seguridad. ¿Cómo? NO HAY SERVICIO. Me llama desesperado y opta por llamar a su trabajo: "Llegaré tarde, muy tarde; quizás, ni llegaré."

Ayer, para prevenir, a las 23.50 de la noche pregunté en el metro: "Pero mañana, ¿habrá servicio?". "Sí, sí, al 50%, como hoy", respondieron. Confía, confía...










Y ahora, a las 9.27 de la mañana, atrapada en Leganés. Hay trenes, ¿cómo llegar hasta ellos? Andando.... Hay autobuses, ¿o no? Sí, eso cuenta Virginia en ABC, de interminables colas. Madrid es un caos. ¿Cómo llegar hasta, literalmente, la otra punta de Madrid? ¿En cuántas horas?
Una huelga para reivindicar sus derechos pero los mandamás, los jefes, ni se enteran. Ellos no van en metro. En metro vamos nosotros. Como mucho, se ven afectados porque las carreteras están colapsadas. 12.45. La redacción está más desierta de lo habitual. Becarios, tres. Los demás no han llegado, estarán el la cola de algún autobús. Menos mal, hoy más que nunca que comparto ciudad con un hermano motorizado, siempre dispuesto a rescatarme. 
Madrid, ya lo decía, es siempre un infierno, y hoy, aún más.

miércoles, 16 de junio de 2010

El otoño en junio

Inmersos en un junio otoñal.... 

Hora y media con Josema Yuste y Flo da para una página (en Gente), vídeo incluido. Aunque viendo cómo es la peli, y la súper campaña de promoción que están haciéndoles en este medio, una se pregunta si estos chicos no tendrán acciones en ABC... 

De humanos paso a ángeles y le hago una entrevista a Danielle Trussoni

Y mientras mis temas se van acumulando en esa ficticia nevera que tanto coraje me ha dado siempre, me dedico a recuperar viejos lugares y les mando un texto belga. Viajar, viajar.... 

Paseo onírico por los canales de Brujas y Gante 

Cuenta la leyenda que si Brujas, en Bélgica, está llena de cisnes blancos es debido a que, en 1488, los habitantes de la ciudad se sublevaron y asesinaron a Pieter Lanchals, un consejero del monarca Maximiliano de Austria. Como castigo, y puesto que en el escudo de armas de su consejero estaba representado un cisne, el rey condenó a sus súbditos a mantener eternamente cisnes en los canales de la ciudad.


undefinedHoy día, el cisne es uno de los símbolos Brujas, y además de poblar loscanales, son el elemento más representado en las banderas, los escudos, y hasta las figuras de chocolate que decoran los escaparates de la ciudad.Porque si Brujas son cisnes; el chocolate no sólo es representativo de Brujas, sino el emblema, y la exquisitez, de toda Bélgica. El único placer, el del chocolate, con el que las eternas disputas belgas parecen calmarse. Los enfrentamientos originariamente lingüísticos (un 60% del país, especialmente en la región de Flandes, habla neerlandés; cerca de un 40%, especialmente al sur, en la región de Valonia y en la capital, Bruselas, habla francés; y aproximadamente un 1%, al este del país, habla alemán) se disipan ante una buena onza de chocolate negro.

Lo que, sin embargo, no hay en Brujas, son personajes en escoba que le pudiesen haber dado el nombre al recogido y mágico rincón. De donde parece provenir la designación de Brujas es de una mala traducción de “Brugge”, término que designa a los puentes que –en consecuencia a sus numerosos canales–, inundan la ciudad.

Pero no sólo hay cisnes. Hermosos caballos pasean sus carruajes por la enorme y bella “Grote Markt” o Plaza Mayor, donde se encuentra el “Atalaya”, monumento en representación de la libertad y de la autonomía de Brujas. Iglesias, mausoleos, basílicas, palacios… son algunos de los rincones que pueden descubrirse en un lugar pequeño pero idílico como éste, que, declarado Patrimonio de la Humanidad desde el 2.000, fue la principal ciudad comercial del Condado de Flandes hace 800 años.
Aunque si Brujas tiene la fama, la ciudad de Gante, a unos 50 kilómetros de allí, no tiene nada que envidiarle… Una Venecia, dicen algunos… si hubiera algo comparable a Venecia.

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viernes, 11 de junio de 2010

11 de junio

Y al fin llegó el día. Y sobre el papel, la profesión suena muy atractiva y el curso un mar de rosas... que hasta emociona... ¡¡El poder que tienen las palabras (y las ventanas dibujadas)!!

UN BANQUILLO EN PERMANENTE RENOVACIÓN
Por Miguel Ángel Barroso

OCHO DE LA TARDE de un día cualquiera de finales de la década de 1980. Una hueste de becarios se dirige apresuradamente al taller para arreglar el «barrillo», las páginas a las que les sobran líneas de texto o les falta un gráfico o una fotografía. Un maremágnum se apodera de la sala bajo el sonido de los teléfonos y las voces de los redactores y montadores. Arias, uno de los jefes del cotarro, distribuye el juego desde detrás de una mesa alargada; parece despistado, ensimismado en su mundo, pero lo tiene todo controlado, como el camarero de la vieja escuela que coge la matrícula al cliente que acaba de ingresar en el bar. Aunque aquí, en lugar de raciones de bravas o bocadillos de calamares se reparten las maquetas que han viajado por un misterioso tubo desde la Redacción y las filmaciones que, convenientemente cortadas con un cúter y untadas de cera caliente, compondrán la página.
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LOS BECARIOS DE ENTONCES YA NO SOMOS LOS MISMOS

Por Manuel de la Fuente

NOVIEMBRE DEL 89. El becario, apenas quince días en esta Casa, acababa de llegar de su primera entrevista. Tímido y prudente, preguntó: «¿Cómo la hago?». Ramiro Villapadierna, corresponsal hoy de ABC en Berlín, después de vivir en carne muy propia, entre otros, el drama de los Balcanes, segundo responsable de la sección de Espectáculos, respondió alto y claro: «Como te dé la gana… pero bien. Mira Manuel, puede que haya algún periódico mejor que éste, la mayoría son peores, pero lo que sí te puedo asegurar es que, como éste, no hay ninguno».
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jueves, 10 de junio de 2010

El nuevo ABC

El nuevo ABC trae a todos de cabeza. Mañana, ABC apostará por el futuro. O eso, al menos, es lo que dice su publicidad. De momento, eso se traduce en que aquí están todos alterados.Un nuevo diseño, en papel y en la web, un nuevo formato y unas iniciativas adaptadas a los tiempos modernos (cual peli de Chaplin) que están acarreando a algunos más de un dolor de testa. Aunque ya sólo quedan unas horas... Lo peor ha pasado: los "números 0", las pruebas del ejemplar de mañana que hemos tenido que hacer en los últimos días.

Una de las apuestas del nuevo diseño es todo lo multimedia, acompañar las noticias de vídeos. Yo en eso ya me he estrenado y el último fin de semana, pre-diseño, publiqué una entrevista a cinco, en formato vídeo... Ángeles Caso, Federico Moccia, Fernando Argenta, Julia Navarro y Juan Manuel de Prada. 

Para celebrar el nuevo diseño, mañana ABC traerá de regalo un suplemento especial donde, entre otras muchas cosas, viene un reportaje sobre este máster nuestro con nuestra masterópoda foto, y nuestros masterópodos comentarios.

En fin, que mañana empieza la nueva era de ABC, ¿conseguirán relajarse y disimular sus caras de amargados?


¿A que parecemos un grupo de rock?

miércoles, 9 de junio de 2010

El rumor de La Pedriza



"En la naturaleza, el periodista es hombre muerto; en la ciudad, el periodista siempre conservará la facultad de escribir sobre nada, sobre casi nada o, tal vez, sobre casi todo."

Esto es lo primero que leo después de cuatro días de libranza.
Regreso a la redacción tras cuatro días bucólicos. Ayer hacía sol en La Pedriza, aunque el agua estaba demasiado helada para bañarse. Hoy no para de llover en Madrid capital como si hubiese regresado el invierno. Me alejo de la montaña de piedras de ayer y hoy vuelvo a cruzar la ciudad en metro y a ascender con prisas la Avenida América para llegar a mi hora al periódico.
La calma y la desconexión alcanzadas en cuatro días de descanso se evaporan al entrar por esta bella, nueva y gris redacción en forma de estrella y llena de gente enrabietada. Una redacción en la que la crisis hizo tales estragos que apenas nadie se dirige la palabra. Despidos que dejaron a la gente seria, automatizada en su trabajo, con cascos en las orejas y vendas en los ojos.
Un mal ambiente que se potencia por el estrés de un nuevo diseño, previsto para el viernes, que tiene a toda la redacción encolerizada. Todos protestan  pero todos se agarran a su puesto de trabajo frente al temor de ser el siguiente despedido.
En medio de ese ambiente, de punta a punta, los quince masterópodos nos lanzamos miradas cómplices, nos buscamos intentando darnos apoyo, rehuyendo de parecernos a los trabajadores con los que compartimos mesa.
Hoy, que vuelvo de la montaña, de subir y bajar piedras y de atravesar ríos, llego a la redacción lamentándome de lo poco que a veces duran cuatro días. Como todos, me sumerjo en la pantalla del ordenador y me topo, precisamente, con una entrada de blog a favor de esta Madrid encolerizada y en contra del bucolismo campestre.
Y para ello, en la entrada se cita a un Julio Camba que, negando lo campestre, aupa el trabajo en una redacción en la que “los compañero hacen chisten y piden pitillos”. Precisamente él -su paso por este periódico nos deja una de las pocas razones por las estar orgullosos de firmar bajo esta cabecera- que renegaría de sus propias palabras si supiese que está prohibido fumar y que a nadie se le ocurriría en esta redacción de atolondrados enfadados contar un chiste. Justo él, que nació en una tierra bucólica y marítima, y que se encerró en una habitación después de saltar por las charcas de medio mundo en las que descubrir que viajar es el peor de todos los placeres. Probablemente, Camba sólo adoró Madrid cuando se alejó de ella. O alomejor no, pero cada uno es libre de escribir cómo quiere su cuento.

Quizás porque aún retumba en mis oídos el rumor de La Pedriza o porque la naturaleza me refuerza como persona lejos de convertirme en una mujer muerta. Quizás porque sé que mirando al mar también uno es capaz de escribir buenas crónicas. Quizás porque estoy harta de este Madrid egocéntrico que nos vendieron como el único lugar donde los sueños de los jóvenes periodistas, al asalto de la Puerta del Sol, podían hacerse realidad.
Quizás es sólo que a mí Madrid sigue sin saberme a cielo, porque me siento engañada por luces de neón que un día me parecieron estrellas, porque deseé mucho Madrid antes de habitarla y odié mucho Madrid después de habitarla. Quizás es porque en Madrid ya fui ardientemente feliz, pero el fuego se apagó como se apagan los calores con estas lluvias preveraniegas. Quizás es que preferiría pasar el verano en el campo o en el mar y me aterroriza pensar que lo vaya a pasar recorriendo distancias en metro.
Quizás es simplemente porque Madrid y yo somos más incompatibles que las quimeras bucólicas y el periodismo; las cuales, a mi parecer, sí pueden llevarse perfectamente bien, aunque, como todo, sea en su justa medida.

viernes, 4 de junio de 2010

Sí, Lolita, ¡atacá!

Una que, para empezar, se ataca en casi todas las entrevistas (aunque a veces más, a veces menos), y a la de Lolita (no me preguntes por qué) yo iba de los nervios. 
Llego a la habitación del hotel, me la presentan y nos sentamos las dos en una mesa. Le hago la primera pregunta. Respuesta corta y actitud (la de ella, claro; no la mía) segura, segurísima. Le hago la segunda. Igual. A mitad de la tercera, me corta, se me acerca un poco más, y me pregunta: "¿Tú estás nerviosa?"
Yo, me pongo colorá, y le respondo: "Nooooo". 
"Pues tranquilízate, que no pasa nada", responde ella ante mi poco creíble "nooo".
Ya después, apiadada de mí, estuvo cercana y muy simpática. Siguió, eso sí, con una seguridad un poco coartante, pero admirable. Y al final, hasta me regaló (¡me debió de ver tan verde!) y dedicó el disco: "Patricia que tengas una carrera tan bonita como la mía"


«Pido salud y que compren el disco»
A estas alturas, nadie la va a llamar Lola. Por eso, el título de su nuevo disco, «De Lolita a Lola», no es una forma de reivindicar su nombre, «sino el paso de niña a mujer» -explica ella-; de una jovencita de 17 años que cantaba «Amor, amor» pegada a las faldas de su madre, «La Faraona», a una mujer de 52, que festeja así sus 35 años subida al escenario.
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