
Pero ya se acabó el 2009 y la celebración del 200 cumpleaños del madrileño afrancesado no podía durar eternamente. Se escribieron palabras y palabras para el festejo. Muchas patéticas, otras brillantes.
Pero ya estamos en abril de 2010 y para leer a Larra, me remito a sus textos. No tengo nada que decir y la facultad ya se acabó. La historia del periodismo se quedó en lo aprendido, que fue mucho, pero fue pasado. Fue, no es.
Así que, por mi propia salud mental -y yo me entiendo-, me quedo con la otra opción de práctica: el lenguaje de los terroristas. Al menos, no me vendrá la sensación de estar nadando en aguas pasadas, y ahogándome.
2 comentarios:
cuidado, no vaya a ser que alguno se pegue un tiro, aunque sea solo para emular algo de la genialidad de antaño...
Toda una declaración de principios, jaja.
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